El Balance Energético

El cuerpo tiene un gasto energético que se puede dividir en tres componentes:

E

Metabolismo basal

Cantidad de energía que tu cuerpo requiere para realizar las funciones básicas como son respiración, liberación de hormonas, latido del corazón…, es decir, es el gasto calórico en un estado de reposo absoluto.

E

Termogénesis

Es el proceso de producción de calor del cuerpo para mantener la temperatura corporal estable como resultado de la digestión de los alimentos. Cada macronutriente genera un gasto diferente, la proteína produce por ejemplo una termogénesis mucho mayor que la grasa o el carbohidrato. Además, no impactan solo lo macronutrientes, sino también el tipo de alimento. A igualdad de calorías y macros, la comida real produce más termogénesis que la procesada.

Más allá de la termogénesis, los diferentes macronutrientes condicionan las rutas metabólicas que usa nuestro cuerpo y estas difieren en su gasto energético.

E

Movimiento

Incluye el ejercicio físico que es planificado y los movimientos naturales que hacemos cada día como por ejemplo, caminar, este último se conoce como NEAT o Non-Exercise Activity Thermogenesis.

En función del gasto calórico que tengamos y las calorías que ingiramos en forma de alimentos diremos que nuestro cuerpo se encuentra déficit calórico, normocalórico o superávit calórico. De manera que si tu cuerpo se encuentra en estado de déficit calórico se promoverá la pérdida de peso; en normocalórico se dará un mantenimiento y en superávit calórico se dará el aumento de peso.

El balance calórico es el factor determinante a la hora de hacer cambios en la composición corporal, pero es cierto que cuando hablamos de pérdida de grasa o ganancia de masa muscular no sólo importan las calorías.

Cómo podemos variar nuestro metabolismo y mejorar el balance energético

mejorar metabolismo y balance energético

Tanto el metabolismo como el movimiento lo podemos variar nosotros de manera más directa.

Por ejemplo, la forma más rápida de reducir el metabolismo es comiendo poco, en muchos casos este es el problema porque cuando se llevan a cabo dietas muy restrictivas el metabolismo se reduce tanto que dificulta el control de la glucosa, promueve los antojos, reduce el auto-control y puede derivar en daño metabólico y efecto rebote.

Una mejor solución es priorizar comida real y evitar los procesados, ya que las calorías impactan de manera diferente a las hormonas, cerebro y microbiota. La comida procesada está formulada para minimizar la saciedad y por eso el esfuerzo para digerirla es mínimo, por lo que la termogénesis es menor. A igualdad de calorías y macronutrientes, la comida real requiere casi el doble de energía para su digestión y aumenta el metabolismo significativamente más que la comida procesada.

El concepto de balance energético es poco útil para la población, es mejor hacer énfasis en la comida y movimiento adecuados para mantener el equilibrio energético.

Comer más y moverse más genera un entorno hormonal mucho más favorable que recortar calorías, tanto en salud como en composición corporal.

Cuida tu CUERPO, es el único sitio que tienes para VIVIR

¿Te gustaría cambiar tu estilo de vida, mejorar tu alimentación y sobretodo, sentir que los cambios se producen en tu cuerpo y en tu mente?