Hoy en día, el alcohol tiene un papel protagonista en prácticamente todas las actividades de ocio, ya sean fiestas, comidas, cenas, reuniones…

Su consumo está muy normalizado, por ello es importante ser conscientes del impacto tan perjudicial que tiene para la salud, sobre todo si se consume de forma muy habitual.

Seguro que alguna vez habéis escuchado que el alcohol son calorías vacías, y efectivamente, así es. Es debido a que el consumo del mismo no aporta ningún tipo de nutriente que nos beneficie, simplemente aporta energía, pero nada que nuestro cuerpo pueda aprovechar para realizar sus funciones.

Pues bien, no solo no nos aporta nada, sino que su consumo va asociado a complicaciones de la salud como inflamación crónica, patologías digestivas, diabetes, hipertensión, síndrome metabólico etc.

Y antes de seguir… No, ninguna bebida alcohólica es buena, el vino tampoco y aunque sea poca la cantidad que se ingiera, esa cantidad no será inocua para nuestro organismo.

Impacto del alcohol a nivel metabólico

Las consecuencias más evidentes son las que se producen a nivel hepático.

Por un lado, el consumo de alcohol puede dar lugar a acidosis metabólica por aumento de los niveles de ácido láctico, debido al paso del alcohol al torrente sanguíneo y la alteración del pH que produce.

Otra consecuencia es la alteración de los niveles de glucosa, concretamente la hipoglucemia. Esto es debido al proceso de descomposición del alcohol por parte del hígado, que deja de liberar glucosa, pudiendo dar como resultado una caída brusca de los niveles de azúcar en sangre y los síntomas que eso conlleva.

Además, debido al aumento de los niveles de ácido láctico, se elevarán también los niveles de ácido úrico, cuyo exceso está asociado a problemas renales y articulares.

Por último, otra de las alteraciones metabólicas que produce el consumo de alcohol es el aumento en la síntesis de triglicéridos, pudiendo generar hipertriglicemia. Estos triglicéridos se almacenarán en forma de partículas LDL, las cuales podrán almacenarse a nivel hepático, aumentando los niveles de grasa visceral y por tanto aumentando el riesgo de hígado graso, arteriosclerosis, enfermedades hepatobiliares y cardiovasculares.

Consecuencias a nivel hormonal

El consumo de alcohol también altera las funciones de múltiples hormonas de nuestro organismo.

Por un lado, van a perjudicar a las células gástricas e intestinales, alterando la absorción de nutrientes y también disminuyen la secreción de enzimas por parte del páncreas, las cuales no podrán ejercer sus funciones de descomposición a nivel digestivo.

Otra hormona que se puede ver alterada es la insulina, concretamente la sensibilidad hacia la misma, pudiendo provocar resistencia y problemas con el metabolismo de la glucosa.

consecuencias de beber alcohol

Diferenciando entre géneros, un consumo habitual de alcohol en hombres, da lugar a una reducción de los niveles de testosterona, alteración de los espermas e incluso desarrollo mamario.

En mujeres, puede producirse una desaparición del ciclo menstrual, puede acelerar la aparición de la menopausia, aumento del riesgo de aborto, etc.

La salud ósea también es vulnerable a un consumo frecuente de alcohol. Pues puede dar lugar a un aumento de la excreción del calcio del organismo, alteración del metabolismo de la vitamina D (esencial para la salud ósea, la función inmunológica…), disminución de la absorción del calcio (debido, como hemos comentado anteriormente, a la alteración de la absorción de nutrientes por parte de las células gástricas e intestinales), lo que interferirá en la formación de células óseas, incrementando el riesgo de osteoporosis.

Como veis, el consumo de alcohol no solo da como resultado la resaca del día después, sus efectos perjudiciales van mucho más allá y es importante tomar consciencia de ello y tener un consumo responsable.

Cuida tu CUERPO, es el único sitio que tienes para VIVIR

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