Hoy os traigo al blog un tema que me habéis pedido muchísimo, el síndrome del ovario poliquístico o SOP.

Tras muchísimos años de experiencia en el campo de la salud de la mujer me he dado cuenta que es una enfermedad que afecta a un gran porcentaje de mujeres, alcanzando hasta casi el 30% de mujeres en edad fértil, muchas de las cuales no saben que lo sufren. Padecer este síndrome no debe de suponer ningún impedimento en nuestra vía diaria, sin embargo, es de vital importancia disponer de un buen diagnóstico a tiempo para evitar los desajustes hormonales y endocrinos a largo plazo que supone tener SOP.

Esta patología es tan amplia como interesante, y la finalidad de este post es que conozcáis el SOP, sepáis porqué es causado, los síntomas que genera, y como poder abordarlo para poder combatir su sintomatología y efectos secundarios a largo plazo.

¿Qué es y cuál es su causa?

El SOP está caracterizado por la aparición de quistes en las capas foliculares del ovario, siendo uno de los biomarcadores usados para diagnosticar la enfermedad (como veremos más adelante).

Es un síndrome que suele aparecer entre los 12-15 años y es multifactorial, es decir, puede tener 1 o varias causas distintas, dando lugar amplio espectro de sintomatología.

Entre las causas más comunes están:

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La predisposición genética.

A pesar de no haber ningún gen asociado directamente con la aparición del SOP, existe un mayor riesgo a sufrir este síndrome cuando hay antecedentes familiares. Es tal la importancia de esta predisposición que actualmente las madres diagnosticadas con SOP pueden realizarles una prueba a sus hijas a una edad temprana, antes de la primera menstruación, para saber si sufrirán de SOP, pudiendo así prevenir (o al menos diagnosticarlo a tiempo) el síndrome mediante abordaje nutricional y evitándose así todos los efectos secundarios que lo acompañan. Esta prueba se basa en la detección de la hormona antimulleriana (AMH), una hormona importantísima para el desarrollo de los órganos sexuales del feto y que se produce en los tejidos reproductivos tanto en hombres como en mujeres. Esta hormona en mujeres en edad fértil es producida por los ovarios y da información sobre la fertilidad, la capacidad de poderse quedar embarazada y la reserva ovárica de los folículos fértiles.

En el caso del SOP, si esta prueba se realiza en niñas de 6 años la AMH se encuentra entre 2 y 3 veces por encima de la media normal, sugiriendo una predisposición a sufrir SOP. Por ello, para las madres con SOP es recomendado que le hagan esta prueba a sus hijas para saber si ellas también lo sufrirán y poder actuar a tiempo.

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Causas hormonales.

Como he dicho anteriormente, el SOP se caracteriza por la aparición de zonas multifoliculares y poliquísticas en la capa subcortical del ovario. Estos quistes dan lugar a una liberación más elevada de lo normal de testosterona en el torrente sanguíneo y, consecuentemente, a la alteración de los niveles de otras hormonas femeninas como son la progesterona, los estrógenos y las hormonas LSH y FSH. Esto es debido a que el funcionamiento hormonal correcto tanto de los hombres como de las mujeres requiere de un equilibrio y homeostasis perfecta de las distintas hormonas, y alteraciones en los niveles de una o varias de ellas acaban afectando a la producción de las otras y la subsecuente aparición de los síntomas asociados. Este incremento de testosterona en las mujeres que sufren SOP da lugar a androgenización atípica en la mujer:

  1. Acné de forma difusa en el cuello, en la espalda, en los hombros y en la cara.
  2. Caída de pelo siguiendo un patrón masculino en la coronilla y en la zona frontal (entradas) por sobre-activación de las glándulas sebáceas, a diferencia del patrón femenino que suele ser más difuso.
  3. Acumulación de grasa siguiendo un patrón masculino, incrementándose el % de grasa abdominal y visceral, a diferencia del patrón femenino que suele ser más en caderas y piernas.
  4. Las glándulas sebáceas están más activadas y son mujeres que tienen a sudar más.
  5. Alteraciones en la menstruación y la ovulación. La elevada cantidad de testosterona puede dar lugar a periodos irregulares y etapas de anovulación, ya que la producción de estrógenos y progesterona suele ser inferior en las mujeres que sufren SOP.
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Causas endocrinas.

Desde hace muchos años el SOP siempre se ha asociado a alteraciones en el sistema hormonal de la mujer. Sin embargo, cada vez se está haciendo más hincapié en la repercusión metabólica que tiene esta patología, produciendo alteraciones en las fracciones lipídicas (disminución de colesterol HDL y aumento del LDL y triglicéridos); inflamación hepática con elevación de niveles de transaminasas; hipertensión, retención de líquido, y aparición de edemas y varices; acumulación de grasa visceral; e hiperinsulinemia, aumentando la predisposición a padecer un síndrome metabólico que puede desencadenar en diabetes de tipo II.

De todas estas afecciones, la más relacionada con la aparición del SOP es la resistencia a la insulina, una hormona producida principalmente por el páncreas encargada de regular/disminuir los niveles de glucosa en sangre. De forma característica, las mujeres que sufren SOP tras realizarse una analítica tienen los niveles de glucosa en sangre normales, sin embargo, presentan resistencia a la insulina ya que necesitan producir muchísima más que las personas sanas para mantener estos niveles de glucosa en sangre correctos. Esto es debido a que los receptores periféricos y musculares de la insulina no funcionan correctamente, y para estimularlos y lograr que capten la glucosa correctamente el páncreas necesita producir más insulina de lo normal. Este estado de hiperinsulinemia en mujeres genera la sobre-estimulación ovárica por parte de la insulina, dando lugar a la aparición de los quistes característicos que posteriormente acabaran produciendo testosterona y generando las consecuencias hormonales asociadas a SOP.

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Otros factores están asociados a la nutrición, el ambiente y la interacción de este con nuestros genes (epigenética), el sedentarismo y la falta de ejercicio físico, la falta de masa muscular, la inflamación crónica, entre otros.

No es de extrañar que el estilo de vida esté íntimamente ligado a la aparición del SOP, ya que patologías como son la obesidad, la alimentación rica en azúcares simples, y la inflamación crónica del cuerpo están vinculadas a la resistencia de la insulina y, consecuentemente, al incremento de probabilidades de sufrir SOP.

¿Qué síntomas produce?

Ahora que ya sabemos cuales son las principales causas del SOP, comprender la sintomatología asociada va a resultarnos fácil.

Como he dicho, es una patología multifactorial que abarca un gran espectro de síntomas variando en cada mujer. Sin embargo, existen una serie de síntomas que suelen repetirse:

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Androgenización. Como he comentado, el exceso de testosterona da lugar a características masculinas en la mujer, como son exceso de vello a nivel facial, piernas y brazos; incremento de la liberación de sebo, causando acné en la piel y alopecia androgénica en zonas como la coronilla y las entradas; acumulación de grasa abdominal y visceral, entre otras.
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Amenorrea y dismenorrea, causando periodos irregulares que pueden dar lugar a amenorreas sostenidas durante meses o años; dolor e inflamación exagerada en la zona pélvica durante la menstruación debido a un crecimiento mayor del útero; menstruaciones con sangrados más abundantes, entre otras. Además, las mujeres con SOP suelen retener mucho más liquido y tener la tensión más alta, dando lugar a migrañas durante la menstruación.

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Dificultades para quedarse embarazas o bien abortos prematuros. Casi la mitad de abortos que suceden durante el primer trimestre en las mujeres embarazadas es debido a un SOP silencioso o mal diagnosticado.

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Oscurecimiento de la piel en los pliegues de la nuca, codos y axilas, debido al exceso de insulina.

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Dificultad para disminuir de peso y acumulación de grasa, debido a la resistencia a la insulina.

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Fatiga y apatía, además de alteraciones en la calidad del sueño.

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Incremento de predisposición a sufrir enfermedades de tipo cardíaco o metabólicas, como son la diabetes de tipo II. Además, el exceso de testosterona sufre un proceso de aromatización en la grasa abdominal mediado por la enzima aromatasa. Este proceso da lugar a la aparición de las hormonas estradiol y estrona, que pueden activar los receptores estrogénicos del pecho y del endometrio, pudiendo causar en las mujeres que sufren SOP adenomas fibroquísticos y cáncer de mama; así como crecimientos aberrantes en el endometrio, miomas, hiperplasias y cáncer de endometrio.

¿Cómo podemos saber si tenemos SOP y qué podemos hacer al respecto?

Como habéis podido ver durante el artículo, el SOP es una condición fisiológica que abarca varias partes de nuestro cuerpo. A día de hoy, diagnosticarlo de forma precisa sigue siendo un reto, pero no es imposible. La ecografía es la prueba más usada la cual detecta zonas poliquísticas del ovario, sin embargo, casi la mitad son falsos positivos, o bien a nivel de imagen son negativos pero las pruebas hormonales, endocrinas, y la sintomatología asociada si que indican que existe un SOP.

Por ello, una mujer con indicios de SOP debe someterse a una ecografía pero también a pruebas analíticas para determinar si sufre SOP. Los parámetros analíticos que indican que la mujer sobre SOP están relacionados con las hormonas, como son alteraciones en los niveles de LH, FSH, progesterona, testosterona, entre otras, así como endocrinos, como son la prueba de carga de glucosa, la cual confirma la presencia de resistencia a la insulina y exagerada liberación de insulina por parte del páncreas. Determinar la glucosa en ayunas en el torrente sanguíneo no es un parámetro correcto ya qué como he dicho los niveles en mujeres con SOP son normales, simplemente hay un exceso de producción de insulina para mantenerlos.

Acerca del tratamiento médico no voy a hacer hincapié ya que no es mi campo, pero sí me gustaría matizar que las pastillas anticonceptivas no curan el SOP, simplemente equilibran de forma exógena los niveles de estrógenos y progesterona con el fin de tener una correcta ovulación y menstruación. Sin embargo, como habéis visto el SOP es una patología que va mucho más allá que una alteración hormonal y las pastillas anticonceptivas son un mero parche para uno de los síntomas que produce. Debido a que el SOP va acompañado siempre de una resistencia a la insulina, un cuidado de la alimentación y practicar ejercicio físico con regularidad siempre van a favorecer esta condición.

Síndrome del ovario poliquístico
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Las mujeres que sufren SOP deben controlar mucho la ingesta de hidratos de carbono, disminuyendo los de elevado índice glucémico, los cuales elevan rápidamente la insulina en sangre y pueden estimular la formación de quistes en los ovarios. Entre los alimentos que se deben evitar son los producidos con harinas refinadas y ricos en azúcares simples, entre otros. Es recomendable incrementar alimentos ricos en hidratos de medio-bajo índice glucémico, como son los alimentos integrales, las legumbres y las verduras.

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Incluir en la alimentación alimentos ricos en ácidos grasos saludables, como son el pescado azul, el aguacate y los frutos secos. Los ácidos grasos ayudan a regular los niveles de insulina, debido a que su ingesta no eleva la producción de esta hormona como lo hacen los hidratos de carbono; hacen que las células sean más sensibles a la insulina, ya que los ácidos grasos forman parte de distintos componentes de la membrana celular donde están los receptores de la insulina; participan y son necesarios síntesis de las hormonas esteroideas, como los estrógenos.

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Aportar una correcta cantidad de proteínas de calidad, para mantener poder generar todas las estructuras de nuestro cuerpo y mantener una buena masa muscular, donde se encuentran un gran número de receptores de la insulina.

Síndrome del ovario poliquístico
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Practicar ejercicio físico es indispensable, ya que mejora la salud cardiovascular, la tensión arterial y la circulación sanguínea (alterada en mujeres con SOP); permite distribuir y disminuir de forma más eficiente los niveles de glucosa por el cuerpo; y sobretodo, la generación de masa muscular, donde se encuentran muchos receptores a la insulina ya que las células musculares necesitan glucosa como fuente de energía. Un % alto de masa muscular y bajo de grasa va a sensibilizar muchísimo a la mujer a la insulina, ya que al aumentar los receptores a esta y además hacerlos más eficientes va a permitir que su páncreas tenga que liberar menos insulina para transportar e internalizar la glucosa, evitándose así el estado de hiperinsulinemia sanguínea que afecta directamente a la aparición de quistes en los ovarios.

Como veis, el SOP es un síndrome multifactorial que puede ser causado por distintos motivos y que alberga una gran sintomatología. Sin embargo, existe una estructura central que debe tenerse en cuenta. Espero que con la información que os he dado hoy tengáis las herramientas suficientes para sospechar si sufrís SOP, ir al médico para que os la diagnostique de forma correcta, y poder actuar al respecto de la mejor manera posible; además de aportaros valor y tranquilidad acerca de que no es una enfermedad que va a condicionaros vuestra vida, si no simplemente hay que saber gestionarla bien.

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