En consulta nos encontramos frecuentemente con mujeres que temen a las grasas y se sorprenden cuando en el plan nutricional que le pautamos aparecen aguacates, frutos secos, productos lácteos en su versión entera, aceitunas, etc.
Esto se debe principalmente a la industria alimenticia, que desde hace años hasta la actualidad, han fabricado los famosos productos “lights”, 0% de todo, etc quitándoles a los alimentos aquellos componentes que los hacen interesantes nutricionalmente y en muchos casos añadiendo otros ingredientes de calidad muy baja, haciendo creer a la población que todo lo que lleve grasas es “malo” y “engorda”, cosa que no es así.
Alteraciones causadas por la falta de grasas en la dieta
Estas mujeres que no incluyen grasas en su alimentación son las mismas que, normalmente, tienen alterados los niveles de colesterol, presentan alteraciones menstruales e incluso muchas veces amenorrea, y la principal causa de esto es la ausencia de grasa en la dieta por ese miedo a “engordar”.
Para que haya un equilibrio hormonal y nuestro cuerpo funcione correctamente necesitamos grasa. Lo que sucede cuando el cuerpo se ve privado de grasa en la dieta es una disminución de la producción de las hormonas estrógeno y progesterona, ya que ambas están hechas de colesterol. Por tanto, cuando se elimina o se limita en exceso el consumo de grasa se verá también reducido el colesterol dietético, viéndose alterada la producción de estrógenos y el suministro de dicha hormona a nuestro organismo.
La disminución de la producción tanto de estrógenos como de progesterona conllevará alteraciones en el ciclo menstrual como amenorrea, cambios en la piel, mayor riesgo de alteraciones a nivel cardiaco, dolores de cabeza, acúmulo de grasa, dificultad para perder peso, alteraciones a nivel de la tiroides etc.
Por tanto es importante entender que necesitamos una dieta rica en grasas para estar sanas y dejar de pensar que hay que quitar la grasa de la dieta para que el colesterol no suba o para evitar que aparezcan enfermedades cardiovasculares, ya que como hemos comentado anteriormente, ocurre todo lo contrario. Eso sí, debe ser grasa de buena calidad, ya que existen grasas perjudiciales que dañan la salud.
Grasas adecuadas para la dieta
En cuanto a las grasas que SI debemos consumir son; las grasas monoinsaturadas, que se encuentran en frutos secos y aceite de oliva virgen extra, las grasas poliinsaturadas presentes en pescado azul, semillas como la chía, el lino y otros ácidos grasos esenciales como la onagra y la borraja. Y por último las grasas saturadas, como es la grasa animal (lácteos, carne, mantequilla…), el aceite de coco y el chocolate negro >85%.
Y luego está la otra cara de la moneda que son las grasas trans, hidrogenadas, oxidadas, estas son grasas que encontramos en ultraprocesados como bollería, fritos, margarina, galletas, comida precocinada etc. Estas grasas si que alteran los niveles de colesterol, incrementando los niveles de LDL (colesterol malo) y reduciendo los niveles de HDL (colesterol bueno), lo que incrementa las posibilidades de presentar una enfermedad cardíaca, entre muchas otras. Por tanto, como os imaginaréis, estas son las grasas que sí debemos evitar.
Así que no lo olvidéis chicas, las grasas BUENAS, son muy muy necesarias, por lo que si las estabas dejando de lado, no esperes más para incluirlas en tu alimentación, tus hormonas la agradecerán y en consecuencia TODO tu organismo.
Y si no sabes por donde empezar, no dudes en contactar con nosotras, te ayudaremos a que tus hormonas estén felices, a mejorar tu salud y a que TÚ te encuentres mejor que nunca.
Cuida tu CUERPO, es el único sitio que tienes para VIVIR
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