En el artículo de hoy vamos a hablar de las ​intolerancias alimentarias​, una alteración de nuestro sistema digestivo que nos afecta a muchas de nosotras.

Continuamente en la clínica vienen a visitarme chicas con problemas de distensión abdominal, gases y dolor, estreñimiento o diarrea, pesadez… Una serie de síntomas que día tras día acaban afectando a su estado de ánimo, vitalidad y energía, e incluso a su día a día, en el trabajo, realizando entrenamientos, con los amigos y amigas…

El gran problema de las intolerancias es que muchas veces no les damos la importancia que requieren, las aguantamos y vivimos con ellas, pero os sorprendería saber la cantidad de personas que las sufren. Además, otro problema que tienen las intolerancias alimentarias es que son ​difíciles de diagnosticar y muchas veces requieren de la eliminación por completo de determinados alimentos a modo de exploración, no siempre siendo la solución del problema.

Por ello, en el artículo de hoy quiero dar un poco de luz y explicar qué son las intolerancias alimentarias, qué factores pueden predisponernos a ellas, cuáles son las más comunes y alguna estrategia que podemos realizar para combatirlas/aliviarlas.

¿Qué son las intolerancias alimentarias?

Las ​intolerancias a los alimentos son el resultado de reacciones que se producen en nuestro organismo debido a la presencia de alimentos que no podemos digerir ni asimilar parcial o completamente y se quedan en el sistema digestivo.

Curiosamente, existen dos tipos de intolerancias:

  1. Las ​intolerancias alimentarias inespecíficas,​ las cuales se producen cuando el sistema digestivo no
    puede asimilar bien un alimento, es decir, pasarlo al torrente sanguíneo para que nutra nuestro cuerpo. Este tipo de intolerancia es particular del alimento y no es por ningún fallo de nuestro organismo y suele ser pasajera. Por ejemplo, seguro que muchas veces os ha pasado que estáis una temporada comiendo cada día algún alimento y un día notáis que tu cuerpo lo rechaza y no os sienta bien: eso es una intolerancia alimentaria inespecífica, y seguramente si se hace un descanso de ese alimento y al tiempo se vuelve a introducir no producirá ningún efecto adverso.
  2. Las ​intolerancias alimentarias metabólicas/enzimáticas​, las cuales se producen cuando el organismo no es capaz de digerir bien un alimento debido a un déficit en alguna enzima que se encarga de procesarlo. Entre este tipo de intolerancias, la más conocida es la intolerancia a la lactosa, por déficit de enzima lactasa.

¿Por qué es importante saber si eres intolerante a un alimento?

intolerancias alimentarias

Es muy importante detectar y evitar aquellos alimentos que nos producen malestar digestivo, ya que seguir abusando de ellos sin prestarles atención por un lado van a afectar a nuestro estado de ánimo, al encontrarnos siempre mal, y por otro pueden acabar ​dañando distintos puntos del sistema digestivo​, como son las vellosidades intestinales, produciendo permeabilidad intestinal, inflamación e irritación, mala absorción de otros nutrientes, aparición de nuevas intolerancias y sensibilidades, alteración de la flora intestinal, desnutrición (al no absorber bien los nutrientes y tener diarreas frecuentes), entre otras muchas alteraciones digestivas.

Es importante que conozcáis que cuando nosotros ingerimos un alimento, este se descompone en el sistema digestivo en moléculas más pequeñas, que son absorbidas por el torrente sanguíneo para nutrir distintas partes de nuestro cuerpo.

Si ese alimento, parcialmente o nada digerido, se queda en el tracto digestivo (ya sea por falta de enzimas que lo descompongan, como sucede con la lactosa, o por el propio alimento en sí) se convierte en un ​cuerpo extraño que por un lado será ​fermentado por las bacterias que viven ahí, produciendo gases y distensión abdominal, y por otro lado ​activará el sistema inmunitario que lo reconocerá como “patógeno”, pudiendo desencadenar procesos alérgicos y autoinmunes si se sostiene con el tiempo.

…y entonces, ¿Qué diferencia hay entre intolerancia y alergia alimentaria?

Estos términos, aunque muchas veces son usados de forma sinónima, no tienen nada que ver. Una ​alergia es una ​reacción rápida del sistema inmunitario produciendo inmunoglobulinas IgE ante determinadas moléculas de los alimentos reconocidas como extrañas, mientras que una ​intolerancia es una no metabolización y absorción ​(y sus consecuencias) de un alimento, que produce reacciones adversas más lentas.

Las alergias alimentarias son mucho más peligrosas, ya que desencadenan una serie de procesos fisiológicos que pueden incluso conducir a la muerte de la persona, mientras que una intolerancia no. Las alergias a los alimentos más comunes son a los huevos, al marisco y al pescado, a la leche, a los frutos secos, a las legumbres y a las frutas. Las personas con alergias NO PUEDEN comer un alimento cuando son alérgicos a él, mientras que un intolerante, en función de su grado de intolerancia sí.

¿Por qué cada vez hay más intolerantes?

Es cierto que en consulta cada vez tengo más personas que presentan síntomas de intolerancias como los que he descrito al inicio del artículo. Del mismo modo que el diagnóstico correcto es complicado, saber las causas también.

Cuando son intolerancias de tipo ​metabólico,​ como son déficits enzimáticos que no permiten digerir bien un alimento, hay pruebas basadas en test genéticos que pueden indicar la carencia de esa enzima. En el caso de la lactosa, es importante saber que esta enzima con la edad va disminuyendo (ya que se encuentra en grandes cantidades cuando somos bebés, para digerir la leche materna). En función de la cantidad basal que tenga la persona, podrá desarrollar o no intolerancia a la lactosa. Otras intolerancias típicas son a la ​fructosa, a las crucíferas, a los frutos secos, a los fructanos​…

Cuando son intolerancias de tipo ​inespecífico​, que el alimento produce la intolerancia, normalmente están asociadas a un estado puntual de la persona: exceso de un alimento en la dieta, situaciones de estrés prolongadas, inflamación del organismo, poco descanso, etapas malas, momentos de mucho trabajo… una serie de condiciones que pueden llegar a inflamar el organismo, y por tanto, el sistema digestivo, haciendo que se vuelva hipersensible a alimentos por los cuales antes no lo era.

¿Qué puedo hacer para solucionar una intolerancia alimentaria?

Las respuesta es ​depende​.

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Si la intolerancia alimentaria es causada por un ​déficit enzimático​, como es en el caso de la lactasa, en función del grado de intolerancia no podrás comer productos que contengan lactosa (o bien moderar su consumo) e incluso, si es necesario, usar complejos enzimáticos de lactasa cuando vayas a comer algún producto que contenga lactosa.

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Si es una intolerancia alimentaria ​inespecífica​, lo mejor será ​retirar el/los alimentos que te generan malestar y pesadez durante un tiempo, para dejar que tu sistema digestivo descanse y se desinflame. Incluso existen protocolos alimenticios, como es la dieta ​FODMAP​, que excluye aquellos alimentos vegetales que llegan al intestino grueso sin digerir y provocan la sintomatología asociada a las intolerancias.

Este protocolo debe ser supervisado por un profesional para que no se produzcan carencias nutricionales, pero es muy eficiente desinflamado el sistema digestivo y es comúnmente usado para tratar pacientes con síndrome de colon o intestino irritable y otras molestias intestinales como son las intolerancias inespecíficas. También todas aquellas estrategias dirigidas a ​relajar y equilibrar el organismo, como son la actividad física, el buen descanso, la disminución del estrés sostenido, etc., pueden ayudar a desinflamar el cuerpo y a disminuir los síntomas asociados a las intolerancias.

Por último, incluir ​alimentos ricos en enzimas digestivas, como son la piña, el kiwi y la papaya, pueden ayudar a mejorar nuestras digestiones, e incluso un ​complejo enzimático ​en forma de cápsulas.

Como véis, el tema de las intolerancias, aún siendo algo muy común, es totalmente incierto e impreciso.

En clínica con mis pacientes hago protocolos nutricionales de forma muy individualizada hasta encontrar la causa o causas exactas de esa intolerancia, y a partir de ahí, empezar a tratarlas. Por ello, os recomiendo siempre acudir a la ayuda de un profesional que os guíe en todo el proceso, ya que retirar alimentos porque sí puede llegar a ser contraproducente, generando una intolerancia al desacostumbrar al cuerpo a ese alimento, cuando realmente no tenía ningún problema con él.

Espero haberos aportado luz a este tema y haber conseguido empatizar con cada una de vosotras con el fin de que veáis que no es algo raro y que puede tener solución.

Ya os adelanto que en el próximo artículo os quiero hablar sobre el ​gluten​, que se que a muchas de vosotras os preocupa. El tema de la sensibilidad al gluten es bastante controvertido, ya que es un proceso distinto al de las intolerancias, activándose otras vías que implican procesos autoinmunes y alérgicos. Como es un tema que quiero contaros bien, ¡os espero en el próximo artículo sobre Sensibilidad al Gluten!

Cuida tu CUERPO, es el único sitio que tienes para VIVIR

¿Te gustaría cambiar tu estilo de vida, mejorar tu alimentación y sobretodo, sentir que los cambios se producen en tu cuerpo y en tu mente?